El 10 de mayo acompañamos a Raquel y Raúl en la Finca Peña del Agua, en uno de los días más especiales de su vida. Aunque el cielo amaneció con lluvia, el tiempo nos respetó y pudimos disfrutar de una boda mágica al aire libre en la Finca Peña del Agua, un lugar rodeado de naturaleza y con un encanto único.
La ceremonia civil tuvo lugar en el exterior de la finca, en medio de un precioso bosque que parecía sacado de un cuento. Amigos y familiares dedicaron palabras llenas de cariño a los novios, y ellos también se emocionaron compartiendo sus votos. Uno de los momentos más bonitos fue cuando plantaron, de forma simbólica, un olivo como símbolo de su amor y su compromiso: un gesto lleno de significado que nos encantó capturar.
Después de la ceremonia, el cóctel se celebró en una zona cubierta, perfecta por si el tiempo decidía cambiar, aunque afortunadamente no fue así. Desde allí, se podía disfrutar de unas vistas espectaculares del resto de la finca. Hubo risas, brindis, buena comida y muchos abrazos.
El banquete se organizó en un precioso invernadero, decorado con mimo y mucho estilo. Durante la comida, no faltaron las sorpresas y los juegos: empezamos con una foto con cada mesa, y la más original se llevó un premio (¡la creatividad estuvo por las nubes!). Para abrir la fiesta, organizaron un bingo musical que terminó cantando “¡línea!” y “¡bingo!” a pleno pulmón.
Y como guinda final, durante la fiesta un violinista puso música en directo, creando un ambiente mágico que nos hizo olvidar por completo que el día había empezado con nubes.
En Sonrye Fotografía tuvimos la suerte de encargarnos de capturar todos estos momentos en foto y vídeo. Esta boda en la Finca Peña del Agua fue especial por muchos motivos, pero sobre todo por el amor auténtico que se respiraba entre Raquel y Raúl, y por la energía tan bonita que compartieron con todos los que los acompañamos.
