Cuando se trata de amor verdadero, no hay límites geográficos que lo detengan. La historia de Yaiza y Alejandro es un testimonio de esto. Su preboda en Calatayud, el lugar donde se conocieron, fue una celebración de su amor que quedará para siempre en nuestros corazones. En esta ocasión, tuvimos el honor de ser testigos de su historia y capturar cada momento mágico a través de nuestras cámaras.
Calatayud, la localidad donde comenzó su historia de amor, fue el escenario perfecto para la preboda de Yaiza y Alejandro. Nos abrieron las puertas de su casa familiar, y desde el primer momento, supimos que este fin de semana sería extraordinario. Además de conocer a la pareja, también tuvimos el placer de conocer a su querida familia y a sus adorables perras, Blue y Kayya, quienes pronto se convirtieron en estrellas de la sesión de fotos.
La tarde del sábado nos llevó a unos establos familiares, donde la aventura comenzó a tomar forma. Dos hermosos caballos nos esperaban para llevarnos a un paseo inolvidable por los alrededores de Calatayud. A lomos de los caballos, Yaiza y Alejandro nos guiaron hasta el majestuoso Castillo de Calatayud, que se alzaba como un testigo silencioso de su amor. Los rayos del sol doraban la escena, creando un ambiente cálido y romántico que se reflejaba en cada fotografía.
Sin embargo, la naturaleza a veces tiene sus propios planes, y las nubes amenazadoras comenzaron a cubrir el cielo. La lluvia se convirtió en una posibilidad inminente, pero Yaiza y Alejandro no se dejaron intimidar. Juntos, decidieron continuar con la sesión de preboda en las cuadras cercanas. La lluvia, finalmente, hizo acto de presencia, pero en lugar de desanimarnos, se convirtió en un aliado inesperado. Los paraguas se convirtieron en accesorios encantadores que añadieron un toque especial a las fotografías. El resultado: imágenes espectaculares que capturaban la pasión y la determinación de esta pareja.
Con el nuevo día llegó un cielo más despejado, y aprovechamos la oportunidad para explorar las pintorescas calles de Calatayud. El mercadillo medieval que se desarrollaba en la localidad añadió un toque de autenticidad y color a la sesión de fotos. Yaiza y Alejandro, rodeados por la atmósfera mágica del mercado, irradiaban felicidad y amor.
Este fin de semana en Calatayud no solo fue una preboda. Fue una experiencia en la que el amor, la familia y la belleza del entorno se unieron para crear recuerdos inolvidables. Yaiza y Alejandro nos demostraron que el amor puede florecer en cualquier lugar y que los desafíos solo hacen que la historia de amor sea más profunda y conmovedora.
Estamos emocionados de seguir acompañando a esta maravillosa pareja en su viaje hacia el matrimonio, y no podemos esperar a capturar cada momento de su gran día. Su historia es un recordatorio de que el amor verdadero trasciende cualquier obstáculo y que la magia puede encontrarse en los lugares más inesperados.