Alex y Carmen decidieron darse el si quiero, con una preciosa boda en el Monasterio de Lupiana, el 25 de septiembre de 2021. Y nosotros fuimos sus fotógrafos de boda.
Comenzamos a primera hora de la mañana, nos encontramos con Carmen en Horche, un pequeño pueblo de la provincia de Guadalajara. En una casa rural, se alojaba gran parte de su familia, padres, hermanos, tíos, primos, y mascotas. A nosotros nos flipan los perros, así que nos sentimos super a gusto con ellos.
Carmen se preparó en la planta superior. Para el gran día lució un precioso vestido de Pronovias con escote en V y detalles bordados en la falda. Además llevo una capa de tull blanco a modo de velo, que la hacía tener un look diferente. Para diferente fue su calzado. Ella opto por unas Converse blancas pintadas a mano con motivos de alicia en el país de las maravillas.
El maquillaje y la peluquería fue trabajo de Rebeca Ruano. Un recogido en la parte de atrás y un maquillaje ahumado, completaron el look. Para el ramo, Carmen decidió que quería algo muy natural y desenfadado, por lo que los girasoles fueron la flor elegida para destacar.
En pleno Guadalajara se preparó Alex. El eligió un céntrico hotel donde estuvo con sus padres y hermanos. Para la ocasión el lució un precioso chaqué azul marino de la firma Tom Black a juego con un chaleco color crema y una corbata azul marino.
Su ceremonia fue religiosa en el pueblo de Lupiana. Una ceremonia de una hora, donde participaron con lecturas amigos y familiares.
Al terminar nos marchamos al Monasterio de Lupiana, donde se celebró el resto de la boda. Aunque ya conocíamos el lugar, una boda en el Monasterio de Lupiana siempre es fascinante. Es un lugar mágico, que habla por si solo y donde se respira una paz y tranquilidad propia del lugar. El cóctel, en el patio exterior, de la mano del Grupo Alacena, no defraudó. Con puestos a modo de mercado árabe, y unos canapés que quitaban el hipo, los invitados disfrutaron hasta el final. El banquete se realizó en el claustro interior del monasterio, donde se dispusieron las mesas al rededor del claustro. La temática de la boda era cinematográfica, por lo que cada mesa, tenia su propia película dedicada.
Y llegó el momento estelar de la boda. El baile. Para sorpresa de muchos invitados, se prepararon un baile, muy original donde comenzaron bailando un vals con sus padres y terminaron con un flash move con los amigos. Y por supuesto, todas las canciones eran bandas sonoras de clásicos del cine. ¡¡Fue brutal!!
Para nosotros fue una boda muy divertida, donde los invitados nos recibieron con los brazos abiertos y nos dejaron disfrutar con ellos. ¡Fue un placer!
Para terminar, su pequeño rincón, no queríamos que os perdierais su preboda. En este caso la hicimos un par de semanas antes en Madrid y nos acompañó su perrito Olaf un Crestado Chino que nos dejo jugar con él y compartir este momento. ¡Pasaros a verla!
¡Os esperamos!